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Monte Chato
MONTE CHATO: El monte originario de Nuestra Zona. En cuanto a la flora original, esta pertenecía a la región fitogeografíca del Espinal, la más extensa de nuestra provincia. Los límites originales son difíciles de precisar, ya que el mismo fue eliminado casi completamente por la actividad agrícola. Algarrobos, talas, chañares, peje o sombra de toro, espinillos, pencas y tunales fueron las especies características de este lugar. Ambas orillas del cauce del arroyo El Chato, los costados de caminos y las pequeñas reservas mantenidas dentro de propiedades privadas, son muestras de la vegetación original. En los campos aledaños se conservan algunos resabios de este monte. El más conocido es popularmente llamado “Monte Chato”, “Campo Chato” o “El chato”. El este de la provincia de Córdoba estaba cubierto por grandes extensiones de bosques pertenecientes al Espinal. Al expandirse el área agrícola hacia el oeste, la mayor parte de estos bosques desaparecieron como resultado del desmonte. Sin embargo, todavía se observan numerosos relictos, es decir, restos o reliquias de los mismos. Algunos de éstos consisten en unos pocos árboles o pequeños bosques de unas pocas hectáreas, mientras que en las márgenes de los cursos de agua, son más grandes y hasta pueden sumar varias hectáreas. La creciente demanda de tierras para la agricultura pone en peligro los bosques de esta región; el desmonte implica una reducción dramática de la biodiversidad y consecuentemente un aumento de la degradación de los recursos naturales. Existen acciones del Estado provincial y productores conscientes de este problema que, a pesar de las ventajas económicas que brinda la agricultura, procuran mantener a largo plazo los montes en sus establecimientos. La tala selectiva de las especies dominantes, sobre todo de 'algarrobos', favorece el aumento de algunas especies arbustivas como el 'chañar', a consecuencia de lo cual el bosque finalmente se transforma en un fachinal. La ausencia de ganado, paradójicamente, no parece favorecer la preservación del bosque, sino que estimula el crecimiento de enredaderas que terminan cubriendo totalmente a la vegetación e impidiendo su regeneración. La carga ganadera excesiva también tiene un efecto perjudicial sobre la regeneración del bosque debido al pisoteo y ramoneo de la hacienda. La invasión de especies leñosas exóticas y el consecuente reemplazo de las especies nativas probablemente sea actualmente el problema más grave; varios remanentes de bosques han sido prácticamente reemplazados por 'morera', 'ligustro' y otras exóticas. Observar la flora nativa es entrar en contacto directo con la naturaleza, es descubrir la armonía de nuestro universo, y reconocer que todo lo que hacemos en pos de su cuidado, lo hacemos por nosotros y cada uno de las personas con los que compartimos este suelo.